¿Por qué Londres dejó de compartir inteligencia con EE.UU.?
- noviembre 15, 2025
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La decisión de Reino Unido de no apoyar con información las operaciones de Estados Unidos en el Caribe son una muestra de malestar y preocupación que, de todas formas, no interferiría en el curso de los ataques.

“Estados Unidos debe ponerles fin y tomar todas las medidas necesarias para evitar las ejecuciones extrajudiciales de personas a bordo de las embarcaciones, independientemente de la conducta delictiva que se les impute”, apuntó, en las declaraciones más fuertes de un funcionario de la ONU sobre este tema.
Türk no es el único que piensa así. Organizaciones de derechos humanos, expertos en derecho internacional y activistas han alzado la voz mencionando las dudas legales que supone el uso de misiles y drones contra embarcaciones sin que haya un debido proceso de por medio. Y en esa oleada de críticas, la decisión de Reino Unido de dejar de compartir información de inteligencia con Estados Unidos resonó con especial fuerza.
“Desde dominios británicos en el Caribe como Anguila, las Islas Vírgenes Británicas, las Islas Caimán, Montserrat y las Islas Turcas y Caicos, Londres aporta información a la Joint Interagency Task Force South estacionada en Florida, una iniciativa que aúna los esfuerzos de diversos países en la lucha contra el narcotráfico en la zona”, explica a DW el académico español Pedro Ramos Josa, politólogo y doctor en Paz y Seguridad.
“Al anunciar el cese del flujo de inteligencia con la asociación, el Gobierno de Keir Starmer rompe parcialmente con una relación de más de ocho décadas con Washington en cuanto a lazos de inteligencia bilaterales”, añade el experto.
Presión interna y señal externa
Pero como sostiene Ramos Josa, es un rompimiento parcial, no un quiebre entre los sistemas de inteligencia. Evan Ellis, profesor de Estudios Latinoamericanos en el Instituto de Estudios Estratégicos de la Escuela de Guerra del Ejército de Estados Unidos, lo explica así a DW: “La infraestructura organizacional, la colaboración, la política a largo plazo siguen, al igual que la cooperación en operaciones globales”, porque “Reino Unido es un colaborador fundamental para Estados Unidos”.
Un avión F-35 despega del portaaviones Gerald Ford. (Imagen de archivo).Imagen: Federico Gambarini/dpa/picture alliance
Ellis sostiene que la decisión británica tiene más que ver con presiones políticas internas, porque “tienen reservas sobre la legalidad de estas operaciones, no quieren que la inteligencia que ellos proveen sobre el Caribe o narcotraficantes sea usada en esto. Políticamente, en Gran Bretaña no quieren ser acusados de tener sangre en sus manos”.
“Esta decisión es la muestra palpable de los diferentes enfoques a la hora de luchar contra el narcotráfico en la región del Caribe. Mientras la Administración Trump lo considera como una amenaza a la seguridad nacional susceptible de ser neutralizada por medios militares, el Gobierno de Starmer mantiene el enfoque tradicional de perseguir un ilícito penal por medios estrictamente policiales, es decir, primar el derecho internacional sobre la seguridad nacional y mantener la separación entre la defensa y la seguridad”, agrega Ramos Josa.
Poco impacto práctico
La pregunta es si esta decisión provoca algún impacto en las acciones de Estados Unidos en el Caribe, donde tiene desplegados varios de sus activos militares más importantes, entre ellos, el poderoso y moderno portaaviones USS Gerald Ford.
“No veo que tenga impacto ninguno en el proceder y en la campaña contra embarcaciones que transportan drogas”, piensa Ellis, aunque concede que el gesto político “tiene algo de inconveniente para el Gobierno de Estados Unidos”.
Ramos Josa coincide. “La decisión de Londres tiene más relevancia política que operativa. A nivel práctico, Estados Unidos cuenta con numerosos medios propios, operando principalmente desde sus bases en Puerto Rico y El Salvador, desde donde lanza sus ataques con drones MQ-9 y aviones de combate F-35”. En los hechos, Estados Unidos puede seguir por su cuenta, aunque resulta claro que el gesto se convierte en una señal que debe ser atendida, añade.
“Creo que el malestar por cómo la Administración Trump está llevando la lucha contra el narcotráfico es genuino, y sin duda es una advertencia desde Londres si se dan pasos más arriesgados como operaciones directas en suelo venezolano e incluso un intento de cambio de régimen”, piensa el experto español.
Ellis, esta vez, discrepa. “Estamos hablando de ataques contra blancos del Cartel de los Soles y otros grupos que Estados Unidos ha declarado terroristas, y no de ataques contra Venezuela, porque esto implicaría atacar a un pueblo o a un gobierno legítimos. Es una distinción sutil; yo veo que esta reserva de Reino Unido no tiene que ver necesariamente con un eventual ataque en territorio venezolano”, dice el analista estadounidense.
Por lo demás, agrega, “el gobierno legítimo de Edmundo González elegido el 28 de julio de 2024 ha indicado un apoyo” a las acciones estadounidenses.
TOMADO DE: dw.com