POR JUAN MANUEL FLÓREZ ARIAS
EN DEFINITIVA
La metodología de la conversación sobre el Paro planteada por el gobierno se enfrenta al reto de traducir el descontento ciudadano de las calles en interlocutores y soluciones concretos.
La “conversación nacional”, la respuesta del gobierno del presidente Iván Duque a al Paro que dio inicio el pasado 21 de noviembre, adquirió ayer las que serían sus primeras bases.
El director del Departamento Administrativo de la Presidencia, Diego Molano, reveló durante una reunió en la Casa de Nariño con 24 alcaldes electos –entre ellos varios que respaldaron el Paro como el de Medellín, Daniel Quintero, y la de Bogotá, Claudia López– los cinco puntos que guiarán esa conversación.
Estos son, en palabras del gobierno: crecimiento con equidad, lucha contra la corrupción, educación, paz con legalidad, y medio ambiente. Según explicó el funcionario, las conversaciones iniciarán a partir del próximo martes e irán hasta el 15 de marzo.
Los diálogos se darán, de acuerdo con el Ejecutivo, a través de una herramienta tecnológica que permita “organizar, compilar y sistematizar los aportes de los ciudadanos”.
De acuerdo con el gobierno, cada uno de los puntos de negociación contará con mediadores afines al área. Los dos primeros, que empezarán el martes, tendrán como mediadores a al exdirector de Portafolio Ricardo Ávila y al economista Beethoven Herrera para el punto de equidad. Nicolás Uribe, panelista de Blu Radio, para corrupción.
Un día después, comenzará la conversación sobre educación, moderada por el exrector de la Universidad Nacional Moisés Wasserman y Juan Luis Mejía, rector de la Universidad Eafit.
Un manojo de voces
El primer paso en esta hoja de ruta implicó la convocatoria de los gobernantes locales y regionales que, a partir del próximo 1 de enero, serán los interlocutores del gobierno en los departamentos y ciudades del país.
La cumbre se dio al mismo tiempo que continuaban por cuarto día consecutivo las movilizaciones. Estas tuvieron como motivo común el ataque que sufrió en la tarde del sábado el joven Dilan Cruz, de 17 años, quien permanece en coma inducido luego de ser golpeado en la cabeza por una granada aturdidora lanzada por un miembro del Escuadrón Antidisturbios (Esmad).
Las escenas de protesta pacífica en las calles, así como los choques entre algunos manifestantes y la Fuerza Pública, sucedieron al tiempo que, en la casa de gobierno, los alcaldes presentaban sus propuestas al presidente.
La más sorpresiva de las medidas fue la del alcalde de Medellín, Daniel Quintero, quien llegó a la reunión con la idea de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente, como respuesta a problemáticas que a juicio de Quintero motivaron las movilizaciones: la falta de reformas en el Congreso y en la justicia, un modelo centralista y la inequidad en el campo.
Otros mandatarios locales, por su parte, llevaron iniciativas más puntuales. El exsenador de la Alianza Verde y alcalde electo de Cali, Jorge Iván Ospina, publicó un tuit previo al encuentro en el que destacó dos propuestas: “Desmilitarización de la sociedad” y “ampliación de coberturas para la educación superior”.
Claudia López, alcaldesa electa de Bogotá y una de las principales promotoras de la Consulta Anticorrupción que obtuvo 11,6 millones de votos en 2018, hizo énfasis en esa agenda en un mensaje previo a las conversaciones en la Casa de Nariño.
La diversidad de estas alternativas es, de alguna manera, un reflejo de la pluralidad de motivos y convocantes que llevaron al Paro Nacional.
De acuerdo con Nury Astrid Gómez, vicepresidenta de la Asociación Colombiana de Consultores Políticos, ese abanico de interlocutores y la ausencia de figuras visibles que representen la inconformidad con el gobierno, plantea el reto de negociar con una protesta acéfala.
Esta característica, sin embargo, no es necesariamente negativa, de acuerdo con Yan Basset, analista político y profesor de la U. del Rosario. “Es una cualidad común de los movimientos sociales de hoy, como sucedió en Francia con los chalecos amarillos. Sin embargo, sí hay líderes en este Paro, así la protesta los desborde. El gobierno debe dialogar con ellos y usar los instrumentos de la democracia deliberativa para llegar al resto de los ciudadanos”, afirma.
Entre algunos de los convocantes del Paro, sin embargo, hay malestar por el orden que ha seguido el Gobierno. Diógenes Orjuela, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, señala que “a quien debe convocar el gobierno es al comité del Paro”, el cual integra a movimientos sindicales, estudiantiles, indígenas, del sector agropecuario y de la Bancada Alternativa del Congreso, integrada entre otros por el Polo Democrático, el progresismo y Alianza Verde.
Ese parece ser, para los analistas, el debate que ocupará la actualidad del país en los próximos meses: encontrar entre el estallido social que significó el Paro las voces que traduzcan esas multitudes de gente y esas horas de cacerolazos en reclamos concretos hacia el gobierno. Es, finalmente, la oportunidad de lograr reemplazar la polarización por la unidad
CONTEXTO DE LA NOTICIA
PARÉNTESIS
DILAN CRUZ SIGUE EN COMA INDUCIDO
El joven atacado por un miembro del Escuadrón Antidisturbios con una granada aturdidora en la cabeza permanece en el Hospital San Ignacio. Su pronóstico al cierre de esta edición es reservado. Una manifestación de cerca de 1.500 personas, según cálculos de la Secretaría de Movilidad de Bogotá, se reunió en las inmediaciones del hospital y recorrió las calles en rechazo a su agresión. “Soy profesora y me siento indignada”, dijo a EFE una de las maestras del joven, quien señaló que este “no es agresivo”.
Tomado de: www.elcolombiano.com